REPRODUCCIÓN

LA PUBERTAD


CERDAS JÓVENES

En primer estro puede presentarse cuando la cerda tiene 4 y 9 meses. La nutrición puede influir ligeramente en la edad en que se presenta el primer celo, pero las variaciones en la edad de comienzo de la pubertad parecen en buena medida relacionadas con la base genética d e la cerda y con el entorno físico y tal vez social. A medida que avanza la edad de las cerdas en que se induce la ovulación, aumenta la fertilidad.


VERRACOS

Los cerdos muestran interés sexual cuando tienen pocas semanas, pero no son fértiles hasta al menos los 4 meses, en que aparecen espermatozoides en el eyaculado.
Los verracos jóvenes montan a las cerdas de su pocilga cuando aún no se han separado el prepucio y el glande en el pene. La experiencia previa a la pubertad, así como la de ésta, son esenciales para que cerdos y cerdas desarrollen comportamientos sexuales normales.


CICLO ESTRAL

La duración del ciclo estral es de 21 días, pudiendo variar desde 18 a 24.
Los ciclos estrales se producen a lo largo de todo el añoe. La lactancia inhibe el estro durante 30 días o más. El estro tiene lugar de ordinario de 3 a 7 días, tras el destete de la camada, si ha habido lactancia durante 15 días o más.
El anestro está con frecuencia conectado con stress severo de origen nutritivo, patológico o social, la mejora de las condiciones o un cambio que elimine el stress tiene como secuencia la reanudación de los ciclos estrales.

El estro se caracteriza por una serie de cambos graduales fisiológicos y en el comportamiento. En el caso de la cerda y, particularmente, en el de las jóvenes, la vulva se inflama y adquiere una apariencia rojiza, con frecuencia varios días antes de que aparezcan otros signos. Este enrojecimiento e inflamación se debe, al parecer, a la secreción de estrógenos por parte de los folículos en desarrollo, puesto que la administración de estrógenos también produce enrojecimiento e inflamación de la vulva.
A continuación de esto la cerda suele estar muy alerta ante la presencia de su cuidador o del macho y muy inquieta. Puede adoptar un comportamiento sexual de macho, que se manifiesta en la persecución de otras hembras y en que las monta y roza el costado con ellas. Se interesa mucho por el macho y juguetea con él, pero responde con actitudes agresivas o luchas amistosas a sus intentos de monta en lugar de mostrarse receptiva. 24 horas antes del estro, el útero está muy contraído.
Se observa durante esta etapa una mucosidad turbia en la abertura de la vulva. Durante las primeras etapas de receptividad se acentúan la actividad y la inquietud de las cerdas, que buscan frecuentemente la atención de su cuidador o del macho. Emiten repetidamente un gruñido peculiar no muy diferente del macho. En respuesta al sonido, al olor y al roce del macho, adoptan una postura inmóvil y rígida, que puede ser también inducida por el cuidador en una cerda receptiva mediante presión en el lomo.

FECUNDACIÓN Y DESARROLLO DEL EMBRIÓN

La inseminación de cerdas con verracos se produce habitualmente varias horas antes de la ovulación. La fijación de los espermatozoides en la zona pelúdica se producen a 1 a 2 horas después de la ovulación; los espermatozoides pueden activar un óvulo porcino hasta 2 horas después de la inseminación.
La polispermia esta relacionada con montas tardías u otras condiciones que permitan la presencia de grandes cantidades de espermatozoides en las proximidades del óvulo recientemente ovulado, que no puede distinguir entre el primer espermatozoide que penetra y los demás si no transcurre algún tiempo entre ellos.


GESTACIÓN

La duración normal de la gestación se extiende de 109 a 120 días, siendo 114 días la más corriente; pocos casos se sitúan a los extremos de este margen. La duración de la gestación está sujeta a influencias genéticas, ya que hay algunas evidencias de que la raza de la cerda y del verraco tienen que ver con aquélla.

La distribución y la migración de la embriones no sólo es importante para la utilización completa espacio uterino, sino que es esencial para la gestación siga su curso.
Los fetos se fijan al endometrio de los cuernos uterinos por medio de una placenta difusa.
La gestación no llega a los 40 días a menos que cuente con un mínimo de cuatro embriones.


EL PARTO

Los fetos dejan sus placentas detrás de sí cuando se inicia su desplazamiento hacia el exterior en el momento del parto. Los sacos coriónicos y las vesículas amnióticas rotos crean un trayecto lubricado por mucus, a lo largo del cual los fetos se muevan con cierta libertad hasta que sean propulsados por una contracción peristáltica hacia el canal del parto. Durante placentas por medio de los cordones umbilicales, que son tan extensibles que los fetos pueden sobrepasar unos a otros sin que aquéllos se rompan. La estructura de la placenta puede explicar la ausencia de transferencia de anticuerpos en el útero de la madre hacia el feto, de tal manera que es indispensable para el lechón recién nacido el consumo de calostro para contrarrestar esta deficiencia.

Poco más del 50% de los fetos porcinos tiene una presentación anterior en el parto, es decir, con la cabeza por delante.

Los fetos no se adelantan unos a otros en los cuernos uterinos en el momento del parto; los más cercanos al cuello nacen antes que los que se encuentra próximos al oviducto. Por lo general, los fetos que van naciendo proceden de uno u otro cuerno uterino más o menos al azar, de modo que un cuerno nunca se vacía por completo antes de que hayan nacido algunos fetos procedentes del otro.

Cerca del 5 al 10% de los lechones normales totalmente formados y vivos antes de que comience el parto son alumbrados muertos; esto es: son mortinatos. La falta de distensión de sus pulmones hace presumir que mueren en el curso del nacimiento. El intervalo medio entre el nacimiento de un lechón y el del siguiente miembro vivo de la camada varía de 13 a 18 minutos, mientras que entre un lechón y un mortinato es de 45 a 55 minutos. El elevado número de mortinatos se relaciona con un retraso en el paso de la situación normal en el útero hasta el exterior. Este índice es mucho más elevado en camadas de menos de cuatro o más de nueve lechones. También es mayor entre los últimos lechones procedentes del fondo del útero que entre los demás. Alrededor del 70% de los lechones mortinatos se encuentran entre los tres últimos miembros de la camada, cuando aumenta el intervalo entre los mismo.

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